7 consejos de Relaciones Públicas para Emprendedores

Ocurre con frecuencia que los emprendedores tienen en claro sus objetivos, sin embargo no logran desarrollar la marca de manera conveniente, olvidan demarcar los mensajes clave, fallan al seleccionar los canales y/o públicos, o incluso desestiman la posibilidad de mantener relación con los medios. Es así como surgen los interrogantes: ¿cómo implementar una estrategia de Relaciones Públicas en los pequeños y medianos emprendimientos? ¿Es posible desarrollar campañas y estrategias de Relaciones Públicas en nuestro contexto? ¿Debemos contar necesariamente con un especialista en la disciplina, o es una tarea en la que podemos desenvolvernos nosotros mismos? Por eso aquí les brindamos algunos consejos prácticos para enfrentar ésas y otras situaciones:

1 – Las acciones de RRPP no deben desarrollarse de forma aislada o inconexa, sino integradas en una estrategia o campaña.

Para que las RRPP tengan éxito deben planificarse, para ello es importante trazar una estrategia enfocada en el público objetivo, a fin de establecer una comunicación personalizada. Además, las RRPP no se valen únicamente de comunicación externa, sino que también la comunicación interna es parte importante del proyecto. Es decir que todos los integrantes del emprendimiento deben estar al tanto la estrategia de RRPP que se vaya a llevar a cabo para que haya conocimiento integral de la información que circulará, porque todos comunican.

La estrategia debe ser integral.

2 – Establecer objetivos

Debemos plantearnos objetivos concretos y específicos, que vayan más allá de generar comunicación con los públicos o ganar clientes. Recordemos que los objetivos que elijamos deben ser “SMART” (específicos, medibles, alcanzables, relevantes y con un tiempo o plazo determinado para su cumplimiento). A la hora de establecer estos objetivos debemos preguntarnos cómo hemos de medirlos y cuál será el criterio para determinar si se han cumplido o no. Este análisis nos permitirá establecer prioridades y hacer un seguimiento. Ya volveremos sobre esto último.

3 – Escuchá a tus públicos

Es fundamental tenerlos claramente identificados, segmentados, estar familiarizado con sus intereses, necesidades e inquietudes. La primera herramienta clave para ello es diagramar un mapa de públicos, en el cual se vean reflejados todos ellos, mostrando sus ramificaciones e interdependencias. Otro recurso son las encuestas de opinión.

A su vez, debemos colocar especial atención en los llamados stakeholders, o públicos de interés, es decir aquellas personas, comunidades u organizaciones que se ven afectadas en forma directa por nuestra actividad.

4 – Construí tu identidad

Es crucial en cualquier emprendimiento tener claro quiénes somos, cuál es nuestra visión y misión, cuál es nuestro valor agregado, qué podemos aportar a nuestros públicos, qué nos hace diferentes. Las respuestas a estos planteos deben ser tan claras como concisas. El fin es construir y mantener la credibilidad en nuestro emprendimiento. Solo es posible generar comunicaciones basadas en un conocimiento real y en la situación verdadera de la organización. Esto impactará directamente en la construcción de nuestra reputación. Es importante tener claro que construir una reputación es algo que no ocurrirá de un día para el otro, sino que toma tiempo y debemos verlo como una inversión a largo plazo. Una estrategia de relaciones públicas bien fundamentada no sólo logra de manera efectiva consolidar una buena reputación de marca frente al público objetivo, sino también ante posibles inversionistas e, incluso, futuros empleados.

Storytelling: narrar historias que comunican las actividades de la organización

5 – La importancia del Storytelling

Es clave elaborar historias que hablen sobre nuestro emprendimiento y que resulten novedosas e interesantes para nuestro público objetivo. Conviene evitar el tono comercial, puesto que así los medios no se mostrarán proclives a compartirla. Para escribir una buena historia sobre un emprendimiento hay que hablar de nosotros como emprendedores, qué estamos haciendo de nuevo, cuál es nuestro propósito, qué desafíos enfrentamos y qué beneficios tenemos para aportar a la comunidad y al mundo. Adecuaremos el mensaje a las distintas audiencias identificadas e innovaremos en la forma de comunicarlos. Hablaremos de hechos, sin sonar grandilocuentes para evitar desviar el foco de nuestros públicos.

6 – Medición de resultados

Es natural que al iniciar nuestro emprendimiento hayamos observado cuáles son los productos o servicios referentes en nuestro rubro, y qué saben los medios sobre nosotros. Por lo tanto, para controlar si los objetivos se lograron o no, y en qué medida, una vez transcurridos los plazos estipulados para su cumplimiento nos volveremos a plantear estos mismos interrogantes, comparando nuevamente el posicionamiento de nuestra marca con respecto a la competencia y en la mente de nuestro público objetivo. Los estudios de opinión son una herramienta útil en este caso.

Además, también podemos repasar cuántas notas se publicaron en los medios sobre nuestra marca (esta técnica se denomina clipping), o revisar el incremento de seguidores en redes a partir del lanzamiento de la campaña.

7 – Creatividad Vs Presupuesto

Como emprendedores, a la hora de llevar a cabo una acción de comunicación, el presupuesto no debería resultar una limitante. Es preferible invertir estratégicamente todos los esfuerzos en ser lo más creativos posible. La creatividad resulta ser el valor más exitoso y diferenciador al momento de comunicarnos con nuestros públicos. Esto no debería representar una encrucijada sino un desafío.

La creatividad puede contrarrestar un presupuesto ajustado.

A su vez, la mayoría de nuestras actividades no cuentan con los recursos suficientes como para asignar a una persona exclusivamente las funciones de responsable de RRPP o Comunicación, menos aún pensaríamos en la conformación de un área o departamento. No obstante, estas funciones bien podrían estar contenidas en el puesto del director o en algún otro dentro del equipo administrativo. Lo más importante no es quién lo haga, sino cómo lo haga.

Suele escucharse que “el que no arriesga, no gana”. Lo que esa frase hecha no dice es que, al representar el emprendedurismo un riesgo de por sí, para arriesgar y ganar conviene prepararse lo mejor posible. Confiamos en que estos consejos serán de utilidad para enfrentar semejante reto.